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RAYADOS VENCIÓ A TIGRES EN 1990 Y LOGRÓ EL LIDERATO GENERAL

18 de Septiembre de 2021. 9:28 am.

A pesar de la gran temporada de Liga que el Monterrey realizó en 1989-1990, en donde terminó en cuarto lugar general, el equipo no clasificó a la Liguilla, ya que en el sistema de competencia de aquella época solo avanzaban los dos primeros de cada grupo y en esa ocasión se ubicó en el tercer lugar del Grupo 1.

La directiva albiazul decidió ir por la revancha en la temporada 1990-1991 reforzando aún más a un plantel que ya de por sí lucía poderoso. De los cuatro jugadores extranjeros que estuvieron en 1989-1990, solo el defensor uruguayo Richard Tavares no continuó. Los otros tres (Gustavo Adolfo Moriconi, Germán Ricardo Martellotto y Mario de Souza Mota “Bahía”) siguieron en el equipo. A ellos se les sumó el seleccionado chileno Alejandro Hisis, jugador proveniente del O.F.I. Creta F.C. de la Superliga de Grecia.

Sin embargo, las dos contrataciones más sonadas del equipo, de cara a la temporada 1990-1991, fueron las de los seleccionados mexicanos Manuel Negrete y Carlos Hermosillo. Carlos Hermosillo optó por usar el número 37 y no el 27 que solía usar en otros equipos, debido a que en el Monterrey el 27 ya lo usaba el “Zurdo” Juan Antonio Flores Barrera.


Carlos Hermosillo llegó en esa temporada y anotó dos goles en el partido contra Tigres.

La Afición rayada y la prensa deportiva tenían gran expectativa por ver a esta poderosa “Aplanadora”. En la jornada inicial, Monterrey venció 2-1 al León, equipo que regresaba al máximo circuito y cuyo técnico Víctor Manuel Vucetich se estrenaba como entrenador en Primera División.

En las jornadas 2 y 3, Rayados tuvo dos derrotas realmente sorpresivas. La primera al caer 3-1 en La Corregidora ante el Querétaro de Ricardo Antonio La Volpe y que contaba entre sus filas con elementos que en el futuro serían directores técnicos: Miguel Herrera, Rubén Omar Romano y Sergio Bueno. En la jornada 3, cayeron en casa ante el Cruz Azul por 1-0. El panorama no lucía muy alentador para el Monterrey y su fiel Afición.

La alegría regresó al seno rayado en la jornada 4. Un solitario gol de Germán Martellotto le dio al Monterrey el triunfo en el Estadio Cuauhtémoc ante la escuadra campeona del futbol mexicano: el Puebla.

A partir de ese triunfo, el Monterrey de Pedro García se enrachó y comenzó semana a semana a desplegar mejor futbol. En la jornada 5, los Rayados jugaron nuevamente de visita empatando sin goles ante las Cobras de Ciudad Juárez.

En la jornada 6, Rayados doblegó 3-1 al Toluca; en la 7, empató 1-1 en Guadalajara ante las Chivas. En la jornada 8, venció 2-1 a los Tecos en el Tec; en la 9, ganó 2-0 al Correcaminos en Ciudad Victoria.

Posteriormente, en la jornada 10, el Monterrey venció al América 1-0 en el Estadio Tecnológico y en la 11 empató sin goles en Morelia. En la jornada 12 volvió al Tecnológico para vencer 2-0 al entonces líder de la competencia: Pumas. En la jornada 13, viajó a Torreón para vencer 2-1 al Santos Laguna y llegar así en gran forma al Clásico Regiomontano.


El comentarista Alfredo Domínguez Muro muestra el boleto del Clásico Regio.

El derbi regiomontano correspondiente a la jornada 14 se disputó el sábado 22 de diciembre de 1990 en el Estadio Tecnológico. Rayados llegó como sublíder general con los mismos puntos que el líder Pumas y solo abajo de los universitarios por diferencia de goles. Además, el Monterrey acumulaba ya 10 partidos sin conocer la derrota y ligaba ya tres partidos ganados en fila. Los Tigres, por su parte, se encontraban en el penúltimo lugar de la tabla. Los pronósticos señalaban al Monterrey como amplio favorito, pero en un Clásico Regio las estadísticas no siempre cuentan.

El ambiente navideño se sentía en aquella fría tarde decembrina minutos antes del inicio del partido. La alineación que Pedro García envió de inicio fue la siguiente: Gustavo Adolfo Moriconi; Antonio González, Félix Cruz Barbosa, Armando Manzo y Guillermo Muñoz; Alejandro Hisis, Germán Martellotto y Alberto “Guamerú” García; Francisco Javier “El Abuelo” Cruz, Carlos Hermosillo y Mario de Souza Mota “Bahía”. El Monterrey presentaba un trabuco.


El once inicial en el Estadio Tecnológico.

El partido inició y la primera sorpresa ocurrió apenas a los tres minutos. Roberto Daniel Gasparini cobró un tiro de esquina. Su centro fue cerrado al primer poste donde un jugador de Tigres peinó el balón para la llegada de Dante Juárez, quien de cabeza remató pleno para abrir el marcador. El gol de los felinos sorprendió a todos.

Los Rayados iniciaron algo ansiosos, buscaban rápidamente anotar y hacer valer los pronósticos. Después de que el reloj cruzó el minuto 15, los albiazules comenzaron a entenderse mejor y a elaborar cada vez más llegadas de peligro. En el minuto 28, Alberto “Guamerú” García y “El Abuelo” Cruz realizaron una pared por la banda izquierda. El Abuelo llegó con balón a línea de fondo y sacó un centro preciso para la frente de Carlos Hermosillo, que venció al portero Ángel David Comizzo y emparejó el marcador.

El resto del primer tiempo estuvo parejo. Un Monterrey que intentaba anotar el de la ventaja, pero sin poder hacerle más daño a una bien plantada defensa felina. Francisco Javier “El Abuelo” Cruz recibió un fuerte golpe en la quijada. El choque lo dejó inconsciente. Esto ocurrió en el último minuto del primer tiempo y “El Abuelo” ya no regresó para la segunda parte. Su lugar en el campo lo tomó Missael Espinoza.

En el segundo tiempo todo cambió y solo hubo un equipo en el campo: el Monterrey. En el minuto 54, Félix Cruz cobró una falta apenas delante del medio campo. Su centro fue largo hasta el corazón del área. Carlos Hermosillo, gracias a su gran estatura, logró bajar de cabeza el servicio de Félix Cruz para ponérsela a Bahía. El balón no le quedó tan a modo al brasileño que, con el talón, levantó la bola y sin que esta cayera se lanzó con una chilena impresionante que superó a Comizzo. ¡Golazo!

La afición Rayada apoyó al Monterrey durante los 90 minutos.

Mario de Souza Mota, el gran goleador de los Clásicos Regiomontanos, se hacía nuevamente presente en el marcador, pero esta vez lo hizo anotando el gol más bello en la historia de los enfrentamientos entre Tigres y Rayados. Un gol para la historia.

Con la ventaja a su favor, los Rayados desplegaron un futbol arrollador. En el minuto 76, Martellotto tomó un rechace de la defensa rayada y condujo el balón con gran maestría desde su propio medio campo. El “Tato” se fue quitando a uno y a otro defensor felino hasta llegar casi al semicírculo del área, desde donde pasó el balón con su pierna izquierda a Hermosillo. El delantero veracruzano prendió de primera intención el servicio de Martellotto para cruzar a Comizzo y poner el 3-1.

Los Tigres no lograban contener a los Rayados y sus jugadores comenzaron a caer en la desesperación. En el minuto 81, Carlos Muñoz fue expulsado por el árbitro Javier Castellanos después de una falta cometida por el contención felino.

Tres minutos después, nuevamente Martellotto habilitó a sus delanteros con otro pase magistral. En esta ocasión para Bahía. “El Avioncito” entró al área por el lado derecho y disparó al marco. Comizzo atajó como pudo, pero dejó el balón a modo para la llegada del “Guamerú”, que de izquierda envió al fondo de las redes para el 4-1.


Alberto “Guamerú” García puso cifras definitivas.

Otro jugador de Tigres, Víctor Escalera, recibió tarjeta roja. En las tribunas, la Afición albiazul celebraba eufóricamente y las banderas azul y blanco con una M gigante ondeaban por todo el Tecnológico en un espectáculo inolvidable.

El Clásico Regio terminó con el triunfo del Monterrey, que ligaba así su decimoprimer partido sin conocer la derrota. Además, el triunfo rayado en el Clásico, combinado con el empate de Pumas en Guadalajara, le permitió al conjunto albiazul tomar el liderato general.

Ese fue el Clásico 38 de la historia, una de las ediciones más añoradas por la Afición rayada.

Alberto Barrera-Enderle

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