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EN 1981, LOS RAYADOS LE DIERON LA VUELTA A UN 3-1 PARA GANAR 4-3 AL TAMPICO

12 de Noviembre de 2020. 12:45 pm.

Siete jornadas de la temporada 1981-82 habían transcurrido y el Monterrey no había desplegado un buen futbol jugando en casa.

Los Rayados habían disputado tres partidos en el Estadio Tecnológico y solo habían logrado una victoria (sobre el Atlético Español). Además, habían empatado ante los Tecos de la UAG y perdido ante los Pumas de la UNAM. Curiosamente, de visita el Monterrey había obtenido ya dos victorias (sobre Atlas y León).

Los Rayados se encontraban en el lugar 11 (de 20 equipos) de la tabla general antes de su compromiso de la jornada 8.

El Tampico, otro equipo que estaba batallando para sumar puntos, era el siguiente rival del Monterrey.

El cuadro jaibo era dirigido por el ex rayado Gustavo “Halcón” Peña y contaba con jugadores de enorme calidad como el argentino Leopoldo Jacinto Luque, campeón del mundo con Argentina en 1978, el zacatecano Benjamín Galindo y el uruguayo Rubén Romeo Corbo, figura legendaria de los Rayados en los años 70 que desde 1980 defendía los colores celeste y negro del Tampico.

Más de veinte mil aficionados Rayados se dieron cita en el Tecnológico aquel sábado 31 de octubre de 1981. Tres días antes, los Dodgers de Los Ángeles se habían coronado campeones del béisbol de la mano del joven sonorense Fernando Valenzuela. La “Fernandomanía” estaba en todo su apogeo, pero eso no impidió que la fiel hinchada rayada acudiera al estadio para apoyar a su equipo.

Pedro Dellacha, técnico del Monterrey, envió la siguiente alineación: Gregorio Cortés; Sergio Harold Álvarez, Everardo Rodríguez Plata, Pedro Campa y Manuel Nájera; Fidel Mejía, Roberto Gómez Junco y Arsenio Julio Ribeca; Víctor Hugo Arroyo, Miguel Ángel Torres y Alfonso Rodríguez. Un cuadro titular que contaba con cinco jugadores formados en casa.


Arsenio Julio Ribeca anotó dos goles

El partido no fue nada sencillo para los de Casa. La propuesta ofensiva albiazul no estaba siendo efectiva. Poca coordinación entre líneas y un Tampico que supo jugar al contragolpe.

En el minuto 10, el Tampico cobró una falta desde fuera del área. Leopoldo Jacinto Luque tomó el balón y cobró de una manera magistral para ponerla casi en el ángulo superior del segundo poste. Gregorio “Goyo” Cortés voló, pero no logró detener el potente disparo del pampero.

El panorama no lucía nada bien para la otrora “Pandilla”. En el minuto 32, el Tampico y su delantera de primer nivel volvió a lucirse. Luque envió un centro desde la banda izquierda hacia el corazón del área. Ahí apareció encarrerado Corbo, quien bajó el balón con el pecho y se acomodó para burlar a un defensor y tocar por encima del portero. Otro golazo del Tampico.


Pedro Dellacha realizó ajustes para mostrar un futbol más ofensivo.

El público comenzó a desesperarse y a empujar más a sus jugadores. El Monterrey intentaba descontar antes del descanso, pero lo hacía con más ímpetu que idea.

Cuando se jugaba la compensación de la primera parte, la suerte le sonrió a los Rayados. Luego de una jugaada a balón parado, el defensa José Luis Vega quiso salir y tocó el balón con su mano dentro del área porteña. El árbitro Fermín Ramírez Zermeño no dudo en decretar la pena máxima. El capitán y defensa goleador del equipo, Everardo Rodríguez Plata, tomó el balón y cobró fiel a su estilo. El portero Luis Alberto Landaburu quiso adivinar, se lanzó antes y solo vio cómo el balón se iba al fondo de las redes.

Un gol antes del descanso era fundamental para las aspiraciones del Monterrey. Dellacha no dudo en modificar desde el descanso para buscar empatar el partido por lo que envió a la cancha al talentoso Francisco Romero y sacó al habilidoso novato Poncho Rodríguez.

Roberto Gómnez Junco, Everardo Rodríguez Plata y Arsenio Julio Ribeca fueron clave en el triunfo.

Apenas ambos equipos comenzaban a asentarse en la cancha tras la reanudación cuando nuevamente Corbo y Luque se asociaron para anotar el tercero del Tampico. En esta ocasión fue Luque el que firmó el 1-3 al minuto 50.

El tercer gol de la Jaiba Brava fue un duro golpe para el cuadro albiazul. Sin embargo, los Rayados estaban conscientes de que daba lo mismo perder por dos que por más goles, por lo que ya no quedaba más opción que arriesgar, así que se lanzaron con todo para intentar rescatar el partido.

En el minuto 60, un nuevo error del cuadro bajo porteño le abrió la puerta al Monterrey para reaccionar. El defensa yugoslavo Miroslav Draganic le regresó demasiado corto el balón a su portero y Arsenio “Pomelo” Ribeca estuvo atento para robar el balón y aprovechar que el marco estaba abierto para disparar y anotar. El gol reanimó en serio a los Rayados y al público. Treinta minutos restaban al partido, suficientes para buscar cuando menos el empate.

La última media hora del encuentro se jugó prácticamente toda en la mitad de la cancha del Tampico. El Monterrey intentaba por ambos costados. Gustavo Peña acomodaba más gente atrás al grado que Miguel Ángel Torres siempre encontraba dos o tres defensores junto a él.

El gol del empate tuvo que venir en una jugada sorpresa producto de un balón largo. Roberto Gómez Junco, con su gran visión de campo, trazó un centro desde apenas unos metros delante del medio campo. Ribeca se elevó antes que los defensas que lo marcaban y, de cabeza, logró anotar el gol del empate desencadenando el júbilo de la hinchada albiazul.


Pedro Campa jugó como titular en la defensa Rayada.

Los Rayados habían logrado reponerse de ir abajo por dos goles. Faltaban solo diecisiete minutos y ahora buscaban el gol del triunfo. El momento anímico parecía ir menguando conforme el cronómetro se acercaba a los noventa minutos.

Dos minutos antes del final, “El Tanque” Torres tomó un balón afuera del área y, con su caracoleo y habilidad características, entró al área burlando a dos defensores y, cuando ya enfilaba al marco, fue derribado por un defensor.

A pesar de las protestas de los jugadores tamaulipecos, Ramírez Zermeño decretó la pena máxima. Desde el área opuesta se encaminó con firmeza el capitán Rodríguez Plata. El regiomontano tomó el balón y, con su calma característica, cobró la pena máxima todavía más despacio que en el penal anterior. El balón entró raso y pegado al poste. ¡Gol de Rodríguez Plata! ¡Gol del Monterrey!

Los Rayados lograron reponerse de un 1-3 para terminar ganando 4-3 sobre la hora. Arsenio Ribeca y Everardo Rodríguez Plata anotaron un doblete cada uno para darle a los Rayados su segundo triunfo en casa en la temporada.

Aquella noche de Halloween, los Aficionados Rayados se fueron felices tras haber presenciado un partido emocionante, de aquellos que, aunque solo estén dos puntos en disputa, se quedan en la memoria y se vuelven parte de la Historia Rayada.

Alberto Barrera-Enderle

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