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Cortesía

CON TRIPLETE DEL “ABUELO” CRUZ Y GOL OLÍMPICO DE GÜELDINI, LOS RAYADOS DE FRANCISCO AVILÁN DERROTARON A PUMAS EN 1986

05 de Febrero de 2021. 7:55 pm.

La temporada México 86 ha sido una de las más brillantes en la historia del Club de Futbol Monterrey. Francisco Avilán, quien tomó las riendas del equipo en la segunda mitad de la temporada 1984-85, tardó solo unos meses en conseguir que el equipo reflejara sus ideas futbolísticas: velocidad y presión constantes sobre el rival y despliegues ofensivos vertiginosos.

Para ello, confió plenamente en el grupo de jóvenes que la institución venía formando y debutando en los últimos años.

Las ausencias de los mundialistas juveniles Héctor Becerra y Francisco Javier “El Abuelo” Cruz pesaron en el primero de los dos torneos cortos en los que se dividió la temporada 1985-86. El torneo Prode 85, que tan solo constó de 8 partidos en su primera fase, sirvió para que Avilán terminara de acomodar al equipo y prepararlo para el torneo siguiente: el México 86, el cual constaría de 18 jornadas en su fase regular.


Vilson Tadei, uno de los íconos de Rayados.

En las primeras 17 de esas 18 jornadas, los Rayados tuvieron un desempeño formidable: 12 victorias; 3 empates y solo 2 derrotas. En total, el cuadro albiazul acumulaba 27 puntos por 24 de su más cercano perseguidor: el Tampico Madero.

Es decir, el Monterrey llegó a la última jornada con el liderato general asegurado. Sin embargo, lejos de salir a cuidarse de cara a la liguilla, aquel plantel rayado se caracterizó por su ambición.

El objetivo era vencer a Pumas, intentar que el “Abuelo” Cruz anotara los goles suficientes para el título de goleo y que el equipo llegara bien “aceitado” a la liguilla.

El rival para la última jornada eran los poderosos Pumas de la UNAM, uno de los mejores equipos en el futbol mexicano en los 10 años anteriores.

En el partido de la primera vuelta del torneo México 86, los Rayados vencieron a Pumas en la Ciudad de México, pero ahora faltaba doblegarlos en el Tecnológico.

De hecho, el Monterrey no vencía en casa al cuadro universitario desde el 10 de abril de 1976, casi una década.

Una jornada antes de este encuentro, Joel García fue suspendido. Por ello, Francisco Avilán tuvo que recurrir a dos laterales de perfil zurdo para encarar este compromiso.


Héctor Becerra y Francisco Javier Cruz: amigos inseparables.

La cita para el enfrentamiento fue el sábado 8 de febrero de 1986 a las 17 horas en el Estadio Tecnológico. La alineación que utilizó fue la siguiente: Jesús “Wama” Contreras; Guillermo Muñoz, Rito Luna, Pedro Campa y Daniel Mora; Héctor Gamboa, Rafael “Xalapa” Ortega y Reinaldo Güeldini; Héctor Becerra, Mario de Souza Mota y Francisco Javier Cruz.

En la primera media hora de partido la buena marcación prevaleció y ninguno de los equipos lograba inquietar a los respectivos guardametas. Tuvo que ser un error el que abrió la puerta para inaugurar el marcador. Un descuido, producto de la falta de comunicación entre la defensa rayada y el portero, fue aprovechado por Marco Antonio Luque para anotar el gol de los Pumas a los 38 minutos.

El gol de los visitantes inyectó de coraje al cuadro rayado, que de inmediato respondió. Güeldini cobró un tiro libre por la banda derecha y envió un centro preciso y peligroso que el “Abuelo” Cruz leyó muy bien para adelantarse a sus marcadores y, de cabeza, emparejar la cuenta. Ese fue el gol número 12 del “Abuelo” en la temporada.


Con su triplete, Francisco Javier “El Abuelo” Cruz consiguió el Campeonato de goleo.

Para el inicio del complemento, Avilán se mostró ofensivo y envió a la cancha al brasileño Vilson Tadei en lugar del central Pedro Campa. Héctor Gamboa, bajó entonces de la contención a la defensa central. La postura agresiva del Monterrey rindió frutos casi de inmediato. Los ataques rayados llegaban al área unamita por un lado y por otro cuando apenas corrían cinco minutos del complemento. En una de esas acciones ofensivas, un defensor capitalino le cometió una falta a Bahía dentro del área. El nazareno Marco Antonio Miranda cobró la pena máxima. Reinaldo Güeldini le cedió la oportunidad al “Abuelo” Cruz. El carismático delantero rayado aprovechó la oportunidad y anotó el 2-1: su gol 13 en la temporada.


El tridente Rayados: Francisco Javier “El Abuelo” Cruz, Mario de Souza Mota “Bahía” y Héctor “Tito” Becerra.

Ya con la ventaja, los Rayados continuaron machacando sobre el arco enemigo. “Tito” Becerra, “Bahía” y “El Abuelo” fueron una pesadilla para la defensa felina. En el minuto 66, llegó el tercer gol. Güeldini, con su gran toque de pelota, tiró un pase filtrado para el “Abuelo”, y este se plantó sobre la salida del portero para vencerlo con disparo cruzado. El tercer gol del “Abuelo” en la tarde y el que le valió empatar a Sergio Lira en el liderato de goleo para que ambos delanteros nacionales se quedaran con el reconocimiento de los máximos anotadores del certamen.


Rafael "Xalapa" Ortega ofreció un gran partido.

El 3-1 que indicaba la vieja pizarra del extinto Estadio Tecnológico no sació la sed de goles albiazules. El cuadro de Avilán siguió insistiendo en ampliar el marcador mientras en la tribuna, principalmente en la de sol, el público se contagiaba del juego espectacular que en la cancha ofrecían los Rayados para cantar los tradicionales “eo, eo, eo”, y el “uno, uno, uno”. Además, la gente cantaba también a todo pulmón la adaptación que hicieron de la canción “Live is Life” de la banda de pop rock austríaca Opus.

En el minuto 80, Avilán refrescó su ataque dándole descanso a “Tito” Becerra y enviando al terreno de juego a Missael Espinoza.


La defensa de Pumas no pudo detener a Reinaldo Güeldini.

Cuatro minutos después, Reinaldo Güeldini cobró un tiro de esquina. Lo hizo desde el tiro de esquina de la portería norte en su lado poniente. Reinaldo sacó un trallazo muy cerrado de pierna derecha. El portero Jorge Espinoza reaccionó tarde y cuando se lanzó solo alcanzó a tocar el balón cuando este ya había cruzado la línea de gol. ¡Golazo olímpico de Reinaldo!

El gol olímpico fue la cereza en el pastel para concluir una temporada de ensueño en la que Rayados terminó por primera vez en su historia como líder general, en la que un delantero rayado fue campeón de goleo por primera vez en la historia del Club. Aquella temporada el Monterrey anotó un gol olímpico y uno de portería a portería.


Francisco Javier “El Abuelo” Cruz festejó con Reinaldo Güeldini.

El triunfo contundente sobre los Pumas le otorgó al Monterrey el ritmo y la confianza necesarios para encarar la Liguilla y pelear por el título que, como sabemos, estaba tan solo a tres semanas de distancia.

Aquella inolvidable tarde de febrero de 1986, los Rayados le demostraron a su afición y al futbol mexicano que nada ni nadie les detendría en su lucha por el campeonato.

Alberto Barrera-Enderle

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