10 de Diciembre de 2019. 6:56 pm.
La temporada 1982-83 fue una de las más difíciles de los años ochenta para nuestro equipo. En 1982, la economía mexicana sufrió una severa crisis que golpeó a amplios sectores del país.
Al igual que muchas otras, la empresa que en aquel entonces manejaba los destinos de nuestro Club se vio afectada y, como era de esperarse, esta crisis provocó que las inversiones para reforzar al equipo fueron menores que en las temporadas anteriores.
Esto se reflejó de inmediato en lo deportivo. El equipo terminó en la parte baja de la tabla y estuvo muy cerca de tener que pelear la liguilla por el no descenso.
Por ello, los pocos triunfos que se obtuvieron en esa campaña fueron muy valorados. El primero de ellos ocurrió hasta la jornada 5, cuando Rayados venció 2 a 1 al Necaxa el sábado 2 de octubre de 1982 en el Estadio Tecnológico.
Previo a ello, Rayados había empatado tres partidos y perdido uno.
Arsenio Julio Ribeca (segundo de izquierda a derecha) con sus compañeros Rayados en 1980.
Con la necesidad de obtener su primer triunfo como técnico rayado, Vicente Pereda envió a la cancha a los siguientes jugadores: Gregorio Cortés; Rubén Colchado, Everardo Rodríguez Plata, Enrique Hugo Esquivel y Manuel Nájera; Fidel Mejía, José Treviño y Arsenio Ribeca; Mario Medina, Miguel Ángel Torres e Ildefonso Pulido.
El rival de esa tarde sería el Necaxa, cuadro que había recuperado su nombre para esa temporada tras más de diez años de ser llamado Atlético Español.
La jornada anterior, el Necaxa había goleado 4-0 a la Universidad de Guadalajara. El partido, por lo tanto, no sería nada sencillo para “La Pandilla”.
Durante la primera mitad, el partido se caracterizó por su intensa lucha en el medio campo. Las llegadas fueron escasas.
Por el lado rayado, “El Tanque” Torres permanecía aislado arriba y poco conectado con su mediocampo.
Para la segunda mitad, Pereda animó a su equipo a ir al frente. Rodríguez Plata sorprendió sumándose al ataque y ocasionando que el futuro rayado, Daniel Mora, le cometiera falta.
Ribeca cobró el tiro libre y envió un centro templado a segundo poste. La marca necaxista se preocupó por marcar al siempre peligroso en el juego aéreo, Rodríguez Plata, pero el balón pasó para la sorpresiva llegada de Pepe Treviño, quien de cabeza abrió el marcador.
Al 51’, los Rayados ganaban 1-0. Nueve minutos después, Pereda realizó dos cambios con el fin de reforzar el medio campo: sacó a Mario Medina y a Pulido para permitir el ingreso de Rafael “Xalapa” Ortega y de Francisco Romero. En aquel entonces, solo se permitían dos sustituciones.
Roberto Gómez Junco, Everardo Rodríguez Plata y Arsenio Julio Ribeca.
Herido por el gol, el Necaxa adelantó filas. A los 65 minutos, un pelotazo largo al área rayada, provoca una terrible colisión entre el necaxista Ademar Benítez, el rayado Everardo Rodríguez Plata y el portero albiazul, Gregorio Cortés.
Tras ese aparatoso choque, el balón quedó a la deriva; lo tomó el necaxista Juan Antonio Alonso, pero justo cuando iba a disparar a gol, Fidel Mejía se le barrió para sacarle el balón.
La jugada pareció limpia pero el árbitro Víctor Manuel Vázquez decretó el penal.
En la jugada previa, nuestro portero Goyo Cortés terminó lesionado y ya no pudo levantarse.
Entraron las asistencias y tuvo que ser llevado en la ambulancia. El resultado fueron varias costillas rotas.
La tarde se le vino encima a la tropa rayada dirigida por Pereda. El árbitro les marcó penal en contra y además perdieron por lesión a su portero cuando ya se habían agotado los cambios.
Entonces apareció la figura del equipo: Arsenio Julio Ribeca, quien se colocó los guantes y el suéter de portero.
Aresnio Ribeca en el Estadio Tecnológico.
Ángel Martínez cobró el penal, Ribeca trató de adivinar y se lanzó al lado contrario. El partido se había empatado, pero aún quedaban más de veinte minutos por jugarse en los que Ribeca tendría que seguir jugando como portero. Afortunadamente, la suerte estaría de su lado.
A los 77 minutos, “Xalapa” Ortega cobró una falta en tres cuartas partes de cancha. Envió un centro a segundo poste; el portero Román Sánchez del Necaxa salió en falso y el balón fue directo a la frente de Miguel Ángel Torres, quien remató certero para poner el 2-1 a favor de Rayados y desatar la algarabía del público.
Los últimos 13 minutos, el Necaxa se lanzó con todo al ataque mientras los jugadores Rayados intentaban evitar que le dispararan de lejos a Ribeca.
Por lo menos en tres ocasiones, el Necaxa disparó potente a puerta, pero Ribeca estuvo siempre oportuno desviando o simplemente vigilando.
De igual forma, tuvo un par de buenas salidas en tiro de esquina para apaciguar cualquier intento de reacción necaxista.
Con mucho sufrimiento, Ribeca, improvisando bajo los tres palos blancos, se las arregló para mantener la ventaja y que Rayados obtuviera así su primer triunfo de la temporada.
Al final de la campaña, los dos puntos de ese partido tuvieron relevancia. Rayados se salvó por un punto de pelear la liguilla por el no descenso.
Hay triunfos que, aunque solo signifiquen dos puntos (o tres, como valen ahora), en realidad valen mucho más.
Sobre su decisión de vestirse de portero, Ribeca comentó: “Cuando ‘Goyo’ Cortés salió del partido le pedí al técnico que me dejara cubrir la portería. Creí que yo era el más indicado para hacer esto, pues cuando cascareamos en los entrenamientos sustituyo a nuestros porteros cuando estos están agotados”.
Arsenio Julio Ribeca al anotar un gol "de palomita" contra León.
Así fue como Ribeca se unió a la lista de jugadores de campo de Rayados que han tenido que jugar como porteros tras algún imprevisto.
En esa lista de jugadores destacan otros como Francisco Bertocchi, Reinaldo Güeldini, José Antonio Noriega, Walter Ayoví, entre otros.
Conoce más de Arsenio Ribeca (1980-1982)
Arsenio Julio Ribeca nació en Rosario, Argentina en 1952. Debutó profesionalmente en el futbol de su país con el Newell’s Old Boys.
Luego pasó por Lanús, San Martín de Tucumán y finalmente por el Unión de Santa Fe, equipo del cual llegó para reforzar al Monterrey para la temporada 1980-81.
Como Rayado, “El Pomelo” Ribeca debutó oficialmente el 25 de octubre de 1980, cuando Monterrey venció 1-2 como visitante al Atlante en el Azteca.
Su primer gol para la causa albiazul lo consiguió en la jornada 12 de la temporada 1980-81 en contra de las Chivas del Guadalajara en el Estadio Jalisco.
A lo largo de las temporadas 1980-81 y 1981-82, Ribeca fue el gran orquestador de la ofensiva rayada.
Por sus pies pasaron gran cantidad de balones para abrir el juego por las bandas o bien para lanzar al ariete Miguel Ángel “El Tanque” Torres.
De gran técnica individual, excelente visión de campo y también dotado de una buena puntería, Ribeca fue el mejor goleador de nuestro equipo en la temporada 1981-82 con 14 anotaciones.
En total, el argentino Ribeca anotó 16 goles oficial con el Monterrey.
Su último partido como Rayado fue en la jornada 9 de la temporada 1982-83.
Durante su paso por Rayados, Arsenio Ribeca se ganó rápido el respeto, cariño y admiración de la Afición Rayada, no solo por su calidad futbolística sino también por su entrega por estos colores, como lo demostró aquella tarde de octubre de 1982 en que, ante la adversidad, no dudó en ponerse de portero y rifarse el físico en varias jugadas para evitar la caída del marco albiazul.
Tras no llegar a un arreglo contractual con la directiva, Ribeca regresó a su país al concluir la temporada 1982-83, en donde hasta se mantiene ligado al futbol hasta la fecha, ahora como entrenador.
¡Gracias, Arsenio Julio Ribeca, por ser parte de la Historia Rayada!
Alberto Barrera-Enderle