En la última parte del Torneo de Liga 1974-1975, los Rayados luchaban por conseguir la Clasificación.

El sistema de competencia de esa temporada, la primera en la historia del futbol mexicano en la que participaron veinte equipos, consistió en dos grupos de diez equipos. Los dos mejores de cada grupo avanzarían a la Fase Final o Liguilla.

Después de 30 jornadas, los Rayados se ubicaban en el segundo lugar del Grupo 2 con 36 puntos, solo tres menos que el líder León. El Unión de Curtidores y el Puebla estaban cerca de los Rayados.

Ricardo Díaz jugó de titular.

Las 36 unidades que sumaba hasta ese momento la tropa conducida por Ignacio “Gallo” Jáuregui eran producto de 12 partidos ganados, 12 empates y 6 perdidos.

La directiva encabezada por Alberto Santos de Hoyos pretendía tener a un equipo goleador para conquistar a la Afición. El plantel había respondido y era el equipo con más goles a favor, con un total de 59.

Rayados tenía un plantel sumamente poderoso, en el que había, cuando menos, 6 jugadores seleccionados nacionales: Pedro Damián Álvarez, Gustavo Peña, Alfredo Jiménez, Juan González, Francisco Solís y Luis Montoya.

Además, contaba con extranjeros de calidad como Milton Carlos, Francisco Bertocchi, Rubén Romeo Corbo, Guarací Barbosa y Nilo Acuña.

Guarací Barbosa, Basilio Salazar y Vicente Álvarez mostraron gran solvencia en la línea defensiva.

Para la recta final de la temporada, el Monterrey contó también con el regreso de Ubirajara Chagas “Bira”, quien estaba a unos partidos de finalizar su etapa como jugador.

Para la jornada 31, los Rayados recibieron la visita de los Pumas de la Universidad Nacional el sábado 12 de abril de 1975, a las 17:00 horas en el Estadio Universitario.

Para este encuentro, Jáuregui no pudo contar cinco elementos tradicionalmente titulares: Magdaleno Cano, Gustavo “Halcón” Peña, Luis Montoya, Rubén Romeo Corbo y Juan González.

Pedro Damián dio un gran partido.

 

Por lo tanto, Jáuregui decidió enviar de inicio el siguiente once titular: Javier Quintero; Basilio Salazar, Guarací Barbosa, Vicente Álvarez y Ricardo Díaz; José Luis Mendoza, Francisco Solís y Francisco Bertocchi; Nilo Acuña, Alfredo Jiménez y Pedro Damián Álvarez.

Unos ofensivos Rayados estaban comprometidos a buscar el arco contrario, sin embargo, no tuvieron éxito.

Los Pumas lograron contener los ataques rayados y generaron algunas jugadas de peligro. A escasos segundos del final de la primera mitad, Carlos “Sobuca” García disparó dentro del área. El balón pegó en la mano de Vicente Álvarez y el árbitro Francisco Ledezma decretó la pena máxima. El famoso Arturo “Gonini” Vázquez Ayala se encargó de convertir el penal en gol.

Con el duro golpe de la derrota momentánea, los once albiazules regresaron al vestidor.

Para el complemente, el “Gallo” Jáuregui decidió sacar al “Alacrán” Jiménez y envió a Milton Carlos. El cambio resultaría clave porque el brasileño se dedicó a buscar las espaldas a los defensores y a meterse entre líneas, y poco a poco generó el desorden en la zona defensiva de la escuadra capitalina.

Pedro Damián anotó un doblete.

En el minuto 57, el Monterrey logró emparejar los cartones. El “Bacho” Salazar, quien ante las ausencias tuvo que desempeñarse por la lateral derecha y no por su tradicional banda izquierda, prolongó el balón para el joven José Luis Mendoza, quien entró al área y casi sin ángulo sacó un tiro-centro que fue desviado por Nilo Acuña para dejar sin oportunidad al guardameta Horacio Sánchez Márquez (hermano de Hugo Sánchez, quien habría de convertirse en gran estrella del futbol mexicano).

El empate parcial le otorgó al Monterrey toda la confianza para lanzarse al frente y tan solo un minuto después, La Pandilla ya lo ganaba. Nuevamente Mendoza inició la jugada y envió un centro que Paco Solís, con vistosa tijera, prolongó para la llegada de Pedro Damián Álvarez, quien con la zurda mandó a guardar desatando la alegría de la afición.

En el minuto 72, Nilo Acuña desde la banda derecha tocó hacia el centro para la entrada de Milton Carlos. El centro delantero rayado sacó un disparo poderoso de pierna derecha que fue rechazado por un defensor. El balón se elevó y antes de que algún defensor visitante pudiera reaccionar, apareció nuevamente Pedro Damián para tenderse de palomita y poner el 3-1.

Tres minutos después, Pepe Sánchez entró a la cancha en sustitución de Ricardo Díaz. Sánchez reaparecía tras semanas de estar lesionado y en el minuto 86, él mismo consiguió el 4-1 al cerrar la pinza a un centro desde la derecha de Nilo Acuña.

José Sánchez anotó el cuarto gol de Rayados.

A dos minutos del final, y ya con un Pumas desfondado, Paco Solís tomó el balón en medio campo y cedió largo para el “Vikingo” Bertocchi, quien, eludió a un defensa con facilidad, entró al área y de zurda cruzó su disparo para vencer a Sánchez y poner el 5-1 definitivo.

Francisco Bertocchi anotó el gol definitivo.

El Monterrey sumó así dos puntos importantes en sus aspiraciones y cinco goles más para el renglón de goles anotador, el cual el equipo terminaría liderando.

La Afición que desafió la lluvia aquella tarde salió feliz y totalmente complacida con la exhibición futbolera que los Rayados ofrecieron especialmente en la segunda mitad.

 

 

 

 

 

Alberto Barrera-Enderle