Aunque la temporada 1976-1977 no fue muy productiva en puntos para los Rayados, los aficionados albiazules pudieron disfrutar de varias tardes memorables apoyando al Monterrey.

Una de esas grandes actuaciones rayadas tuvo lugar el sábado 30 de octubre de 1976, cuando el equipo regiomontano recibió en el Estadio Universitario al San Luis en partido de la jornada 8.

El brasileño Ubirajara Chagas, quien había sido un ídolo como jugador, dirigió a los Rayados.

Aunque el San Luis era el equipo recién ascendido al máximo circuito, no era un rival sencillo: de la mano de su técnico Carlos Miloc sorprendieron en las primeras jornadas de la temporada.

Los Rayados, por su parte, estaban batallando para encontrar regularidad. Las lesiones y los llamados a la selección le impedían al técnico Ubirajara Chagas sacarle el máximo provecho a su rico plantel.

Por ejemplo, el peligroso extremo izquierdo Rubén Romeo Corbo no había tenido participación en el inicio de la temporada al estar recuperándose de una lesión.

Los uruguayos Rubén Romeo Corbo y Francisco Bertocchi anotaron en la recta final. 

Por otro lado, Luis Montoya y Paco Solís, elementos fundamentales en el accionar del equipo, habían estado participando con la selección mexicana.

Afortunadamente para la causa rayada, los tres elementos estuvieron disponibles para enfrentar al San Luis.

De esta manera, el técnico Ubirajara Chagas envió al campo el siguiente once inicial: Trinidad Caballero; Magdaleno Cano, Vicente Álvarez, Carlos García y Basilio Salazar; José Sánchez, Fidel Mejía y Francisco Bertocchi; Luis Montoya, Milton Carlos y Rubén Romeo Corbo.

Paco Solís, uno de los ídolo Rayado.

La primera mitad fue muy complicada para La Pandilla. El San Luis llegó a Nuevo León con la consigna de defenderse a toda costa y a no dejar pensar a los mediocampistas rayados.

Con aún el sello característico de los equipos de Segunda División que corrían todo el partido, los potosinos apretaban en toda la cancha a los albiazules con el fin de recuperar y lanzar algún contragolpe a toda velocidad.

La desesperación en los jugadores rayados era evidente, no conseguían poner en aprietos la cabaña defendida por Pilar Reyes.

El panorama se complicó aún más cuando en el minuto 25 cuando Horacio Jácome filtró un balón por la banda derecha para Carlos Arteaga, quien, desde tres cuartas partes de la cancha, intentó enviar un centro al área a segundo poste.

Fidel Mejía dio un partido memorable.

Su centro se convirtió en un tiro-centro que sorprendió a todos, especialmente al portero rayado Trinidad Caballero, que estaba adelantado y el balón fue a clavarse en el segundo poste para sorpresa de todos.

El gol de los visitantes caló hondo en el orgullo rayado. Luis Montoya y Bertocchi comenzaron entonces a acompañarse más mientras Corbo poco a poco tomaba ritmo tras estar semanas inactivo. Entre los tres intentaron abastecer de balones a Milton Carlos, pero no hubo fortuna de que cayera el gol del empate antes del medio tiempo.

Para el complemento, “Bira” movió sus piezas. Sacó de la cancha a Fidel Mejía, elemento de mayor recuperación, y en su lugar ordenó el ingreso del talentoso mediocampista Paco Solís. Con él y Bertocchi en el mediocampo, Rayados habría de encontrar la brújula para hacerle daño al San Luis.

José Sánchez jugó de inicio.

Entre el minuto 60 y 80, el acoso rayado sobre la cabaña de Pilar Reyes fue constante. El gol del empate se olía en el ambiente. Con disparos y remates, Milton, Corbo, Montoya estuvieron cerca de empatar. Los tiros de esquina y las ocasiones de gol a favor de Rayados aumentaban, pero el empate no llegaba.

En el minuto 80, por la banda izquierda, el “Pacho” Salazar filtró a Paco Solís, quien por velocidad se llevó a Jácome y a Arteaga y, cuando casi se le acaba la cancha, decidió enviar un centro atrasado al corazón del área donde Corbo, de frente a la portería, remató de pierna izquierda fusilando a Pilar Reyes y batiéndolo para empatar el marcador y permitir que la afición sacara ese grito de gol. El famoso “Pato” celebró eufórico el haber anotado en su regreso a las canchas.

Leonardo Álvarez defendió la camiseta albiazul durante los 70.

Los últimos 10 minutos fueron de asedio total sobre la portería visitante. Un disparo potente de Montoya que pasó por un lado y un gol anulado a Cano fueron las acciones de peligro más importantes hasta que en el minuto 85 finalmente cayó el gol del triunfo.

Luis “Huesos” Montoya se quitó a dos elementos del San Luis y centró con la marca de un tercero. El uruguayo Bertocchi no desperdició el centro precioso de Montoya para sacar un trallazo que dejó como estatua al portero rival mientras la tribuna estallaba de alegría.

De esta manera, con dos goles de los uruguayos Rubén Romeo Corbo y Francisco Bertocchi, pero también con una tarde excelente de los seleccionados mexicanos Luis Montoya y Paco Solís, los Rayados vencieron al San Luis en una fría tarde de octubre de 1976.

Mitlon Carlos, un delantero de poder.

Alberto Barrera-Enderle